Pablo Alejandro Rondón| @PablinhoAle3110
CARACAS. El primer venezolano en dirigir a Yanquis de Nueva York, Carlos Mendoza, defendió el jueves a su novena luego del episodio que se generó en el juego del martes entre los “mulos” y Rays de Tampa Bay, en el que Aroldis Chapman casi impacta a un bateador rival y que le costó tanto al serpentinero cubano como al mánager Aaron Boone sendas suspensiones.
“No estamos tratando de golpear a nadie, especialmente en esa situación”, expresó el larense, coach de banca de los neoyorquinos, quien el miércoles se estrenó como piloto en las mayores en derrota de los suyos 5-2. “Cuando tu abridor sale del juego en la primera entrada, tuvimos que ir a Heller o uno de nuestros muchachos más jóvenes de nuestro bullpen. Después de tres lanzamientos, lo último que quieres es golpear a alguien”.
Esto debido a que el lanzamiento del antillano fue interpretado por analistas e incluso, miembros del conjunto contrincante, como un intento de pelotazo. “Estábamos buscando una longitud de él. No hay forma de que intentemos golpear a la gente allí”, reafirmó el criollo en declaraciones recogidas por MLB.com.
Asimismo, el criollo lamentó los resultados negativos que han obtenido los de la Gran Manzana frente a los floridanos esta temporada de las mayores, los cuales se han saldado en récord de 2-8. “Es decepcionante. Sentimos que con el grupo de muchachos que tenemos allí, las expectativas son altas. Siempre es decepcionante cuando vas 2-8 contra un equipo como ese”.
Entregó de vuelta el mando a Boone este jueves, en un choque que quedó pendiente frente a sus vecinos Mets de Nueva York, antes de asumir una serie de tres duelos este fin de semana contra Orioles de Baltimore. “Tenemos que seguir adelante y prepárate para nuestra próxima serie”.
Un salto gigante
Estos 20 años no pasaron en vano para uno de las últimas apuestas de Pedro Padrón Panza antes de morir. El antiguo propietario de Tiburones de La Guaira firmó al expelotero nativo de Barquisimeto a mediado de los 90’s y tuvo su primera aparición en la LVBP en la zafra 1998-99.
Sin embargo, fue en el primer calendario del nuevo milenio cuando empezó a abarcar titulares y captar la atención del público local y fue baluarte en la primera clasificación de los salados a una postemporada tras ocho años de eliminaciones.
El jugador de cuadro interior ganó el premio Novato del Año de la campaña 2000-2001, tras batear .326 de average en 52 compromisos, con 61 imparables, 13 dobles y remolcar 21 carreras, con 40 anotadas, siendo un puntual del proyecto que tenía Luis Salazar con los varguenses.
Sin poder brillar como en esa ocasión, ni haber alcanzado el nivel de las mayores, Mendoza se consolido en el ámbito local por espacio de diez certámenes, siete en el cardumen y los últimos tres en su ciudad de origen, con Cardenales de Lara.
En el ámbito de las ligas menores, estuvo en nueve temporadas con varias organizaciones, finalizando su trayectoria dentro de los terrenos de juego en 2010. Participó en 705 compromisos, con 528 incogibles, y llegó a 200 remolcadas. Su máximo nivel disputado fue Triple A, en dos oportunidades (2003 y 2009).
Sus mejores momentos con Tiburones / Cortesía Youtube (Cuenta Eeelaguairauh)
Con “los pájaros rojos” se consolidó en el otro rol que lo llevó a pisar los parques de la Gran Carpa. Se desempeñó con el rol de técnico en las granjas de Yanquis desde 2010, siempre enfocado en el aspecto defensivo.
Dirigió a varias novenas filiales de la organización más exitosa de MLB desde 2011, pero llegó al “nido” de vuelta para ser su coach de banca en la zafra 2017-18, de la mano del mánager José Moreno e iba a retornar para la anterior justa de la pelota local, pero debido al veto de las mayores dichas posibilidades se desplomaron.
Luego de mantenerse en el radar y ejercer en 2017 como encargado del infield del equipo grande, Nueva York apostó por él como mano derecha de Boone en esta campaña 2020, para ser entonces el primer dirigente oriundo del país en conducir en un choque.
Source: Meridiano