“No lo sé explicar”: De los casos aislados a los 1.000 muertos

“No lo sé explicar”: De los casos aislados a los 1.000 muertos

España ya ha superado la barrera de los 1.000 fallecidos por SARS-Cov-2 y ni siquiera la epidemia ha alcanzado el pico. «Lo peor está por venir», repite una y otra vez, contundente, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para que la ciudadanía se conciencie de la importancia de quedarse en sus casas y aplacar así la curva de contagio. Aunque los responsables de Salud Pública trabajan con hipótesis, ya que la comunidad científica no ha logrado descifrar con exactitud cómo se comporta este coronavirus, ya no se le infravalora. El Gobierno estuvo restándole importancia muchas semanas y ni siquiera cambió de parecer cuando Italia comenzó con las medidas de confinamiento en el norte del país. Aquel día, el 23 de febrero, el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, quiso transmitir un mensaje de calma: «En España ni hay virus ni se está transmitiendo la enfermedad», una frase lapidaria porque, y aunque se supo mucho después, a esas alturas el virus ya circulaba por el país sin ser detectado.

Alemania, solo 20 muertos

No ha pasado ni un mes desde entonces y España ya supera los 1.000 fallecidos sin que Salud Pública sepa muy bien cómo se ha llegado a este punto y por qué la tasa de letalidad en nuestro país es superior a la media. ¿Cómo se explica que Alemania, con una cifra de contagios similares a las de España, tenga tan solo 20 fallecidos? «No lo puedo explicar. En estos momentos estamos contactando con diferentes autoridades de países europeos para entender estas cifras, pero la actividad diaria hace muy difícil conseguir fluidez en las conversaciones entre los países europeos», reconocía ayer Simón en su comparecencia diaria. El profesor de Medicina Preventiva de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil de Miguel, apunta que la tasa de letalidad en nuestro país puede ser superior a la media porque «nosotros no tenemos la confirmación diagnóstica de muchos casos». Gil de Miguel recuerda que la tasa de letalidad se calcula dividiendo el número de casos positivos entre el número de fallecidos, y «cuando se empiecen a implementar los test rápidos y se destapen los casos leves que no han sido reportados a las autoridades sanitarias, este porcentaje bajará e irá en consonancia con el de otras enfermedades víricas». Para valorar la virulencia del SARS-CoV-2 es importante compararlo con patologías parecidas: «Las neumonías acaban con la vida en España anualmente de 12.000 personas y la gripe, con más de 6.000», recuerda Gil de Miguel.

El problema es que las autoridades sanitarias van con mucho retraso y no tienen ninguna certeza de cuándo se podrá obtener una fotografía real de la situación epidémica en nuestro país. El mismo Simón admite que «es muy probable» que los datos infravaloren la realidad de los contagios. Ni siquiera son capaces de decir con exactitud cuándo llegarán los test rápidos ni qué cantidades se han comprado. «En los próximos días», zanja el director del Centro de Alertas.

Hasta que empiecen a implementarse, los únicos datos fidedignos para valorar la evolución real de la epidemia son los hospitalarios: España ha registrado, según cifras oficiales, 1.002 fallecidos, un 30% más que el dato ofrecido por Sanidad 24 horas antes. También han crecido de un día para otro, un 21,5%, los ingresados en la UCI, que ya ascienden a 1.141. Madrid sigue siendo el epicentro del coronavirus en España por la magnitud de sus cifras, aunque hay otras provincias como La Rioja y Álava, con mayor incidencia de casos en relación a su población. El registro de fallecidos se ha incrementado en la Comunidad en 130 personas en las últimas 24 horas. Son el 55% del total de España, un porcentaje a la baja en los últimos días por el aumento de muertes en otras comunidades

«No pensábamos que el Sars-CoV-2 llegaría con esa crudeza», lamenta Gil de MIguel. ¿Es que en Europa se ha subestimado? «En Asia partían de las experiencias de los anteriores coronavirus, en 2002 con el SARS y en 2012 con el MERS, por eso allí estaban más preparados para afrontar esta epidemia», opina el profesor. De hecho, apunta, «aunque China está a la cabeza en el número de contagios (81.200) y de muertes (3.253), hay que valorar estos datos sobre el total de su población, de 1,3 millones».

Ahora, todos los esfuerzos de la comunidad científica internacional se centran en conseguir una vacuna que logre frenarlo. En España, los ensayos de los virólogos del Centro Nacional de Microbiología, Isabel Sola y Luis Enjuanes, son de los más prometedores. Estos dos profesores tienen un gran camino recorrido en las investigaciones, ya que lograron desarrollar con éxito la vacuna contra el SARS. «Muy posiblemente el coronavirus se quedará con nosotros y se convertirá en un virus estacional», apostilla el profesor de la Rey Juan Carlos. La ventaja, dice, «es que para el invierno que viene la mayoría de la población ya habrá desarrollado anticuerpos y, seguramente, estará lista la vacuna para proteger, sobre todo, a los mayores y personas con otras patologías previas».

Source: La Razon

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *