La policía turca tolera una breve concentración del Orgullo en Estambul

La policía turca tolera una breve concentración del Orgullo en Estambul

Un millar de personas ha celebrado hoy en el centro de Estambul la tradicional concentración del Orgullo Gay, aunque rodeado por un fuerte dispositivo policial que acabó amagando varias cargas para dispersar a los activistas.

La policía turca tolera una breve concentración del Orgullo en Estambul

Por quinto año consecutivo, las autoridades locales habían denegado el permiso para celebrar la marcha en la céntrica calle Istiklal, como se había hecho, sin incidentes, entre 2003 y 2014.

Aunque en Turquía la homosexualidad es legal desde el siglo XIX, aún se encuentra con fuertes tabúes en algunos sectores de la sociedad y el partido islamista AKP, que gobierna Turquía desde 2002, no ve con buenos ojos las reivindicaciones del colectivo.

Los coordinadores de la Semana del Orgullo convocaron para hoy a sus simpatizantes a la lectura de un comunicado y la policía permitió a un millar de activistas reunirse en la céntrica calle Mis, zona de cervecerías y ocio.

Los congregados agitaban banderas del arcoiris, levantaban pancartas y se esforzaban en producir el máximo ruido posible mediante silbatos y esloganes coreados como «No te calles, grítalo, los homosexuales existimos».

Como en otros años, la ropa ligera, las faldas cortas – para ellos y ellas -, algún bikini, máscaras rosa, pintura de cuerpo y purpurina ponían un toque fiestero y alegra a la concentración.

«Es un acontecimiento mundial y queremos que Turquía aparezca en las imágenes del Orgullo, al igual que otros países del mundo. Que sepan que existimos, que aquí estamos y que no nos moveremos», dijo a Efe una manifestante llamada Negin.

En su declaración leída mediante un megáfono, los coordinadores recordaron que Gobernación de Estambul no solo había prohibido marchar por la calle Istiklal, sino también había denegado una solicitud de celebrar el Orgullo en el recinto de Bakirköy, una zona acondicionada para celebraciones y mítines bajo vigilancia policial.

«Prohíben nuestra marcha con motivos de ‘copiapega’ como paz y seguridad pública, prevenir el terror, la moral pública y la salud pública», denunciaba el comunicado.

«La marcha no amenaza al pueblo, nosotros no somos una amenaza. Deberían haberla permitido… Pero aquí estamos, como cada año, luchando por la igualdad», dijo a Efe Beren Aziz, una de las organizadoras.

Desde que comenzó por primera vez en 2003, la marcha por la calle Istiklal se había celebrado sin incidentes, atrayendo cada año un número mayor de asistentes, hasta alcanzar los 15.000 en 2014, siempre en un ambiente festivo y pacífico.

Sin embargo, a partir de 2015, la policía ha prohibido cada año la marcha, primero aduciendo que coincidía con el mes sagrado de ramadán y luego alegando motivos de seguridad pública.

El colectivo siempre ha insistido en reunirse alrededor de Istiklal y, más de una vez, la iniciativa acababa entre cargas de la policía antidisturbios con cañones de agua y gas lacrimógeno.

A diferencia de lo ocurrido el año pasado, sin embargo, hoy la policía permitió a los activistas acceder sin problemas a la calle Mis, donde tuvo lugar la concentración.

Pero tras una hora de pitidos, lemas y gritos, los agentes exhortaron a los manifestantes a desalojar el lugar y fueron cortando el paso a quienes querían continuar marchando.

En varias ocasiones los policías lanzaron breves cargas de balas de gas irritante de escasa potencia, provocando carreras entre algunas toses y estornudos, pero sin la virulencia registrada en años anteriores.

Algunos manifestantes vinculaban este cambio de actitud a la victoria del candidato socialdemócrata Ekrem Imamoglu en las elecciones municipales del domingo pasado, que calificaban de «esperanzadora», pero subrayaron, en conversación con Efe, que la autorización de las manifestaciones y la policía dependen del Gobierno central, no de la alcaldía.

«El Gobierno sigue siendo muy conservador y quiere controlar todo, pero tengo esperanzas», dijo a Efe Tarik, un estudiante, mientras que una amiga suya apostillaba: «Imamoglu y la alcaldía nos respaldan». EFE

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Source: Informe21

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