La Fundación Española de Nutrición no ve riesgo en un consumo moderado de cabezas de gambas

La Fundación Española de Nutrición no ve riesgo en un consumo moderado de cabezas de gambas

En declaraciones a los periodistas, el presidente de la FEN, Gregorio Varela, ha recomendado no abusar de la carne oscura de los crustáceos, localizada en la cabeza, aunque ha afirmado que, dado que su consumo en España suele ser “normalmente esporádico y no regular ni frecuente”, no existe riesgo.

Yo lanzaría un mensaje de tranquilidad, sin duda. Conociendo el consumo habitual en la población española, hay que quitar miedo, alerta y riesgo en ese sentido porque son consumos normalmente esporádicos”, ha aseverado Varela, tras la recomendación de Sanidad de limitar la ingesta de estos productos para reducir la exposición al cadmio.

En una nota de 2011 que sigue en vigor, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomendaba limitar el consumo de carne oscura de los crustáceos, que está localizada en las cabezas, para reducir la exposición cadmio, un agente que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer ha clasificado como cancerígeno.

En su recomendación, la Aesan advierte de que un ejercicio de control llevado a cabo durante 2009 y 2010 por la Comisión Europea puso de manifiesto que los niveles encontrados en la carne del interior del caparazón de los crustáceos de tipo cangrejo eran muy altos y muy variables.

“Los consumidores de este tipo de productos deben ser conscientes de que el consumo de estas partes de los crustáceos puede conducir a una exposición inaceptable de cadmio, particularmente cuando el consumo es habitual”, señala la nota informativa.

El cadmio es un metal que no tiene ninguna función biológica en humanos ni en animales y, aunque su absorción en el aparato digestivo es baja, tiende a acumularse en el organismo, principalmente en el hígado y riñón, durante un tiempo estimado de 10-30 años.

El cadmio es tóxico para el riñón, puede causar desmineralización de los huesos y, a largo plazo, cáncer. EFE

Source: La Razon

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