La espera muy paciente de Monagas

La espera muy paciente de Monagas

Alfredo Coronis A. | @alfredocoronis

Si usted en enero preguntaba quien era Anthony Blondell, capaz solo encontraría respuesta de alguien muy “fiebrudo” del  fútbol criollo. Si tenía alguna esperanza de protagonismo con Luis “Cariaco” González, que venía de una carrera llena de suplencias, seguro frunciría el ceño. Y así, hombre por hombre, no pintaba como favorito.

Sin embargo, esta tropa de hombres ansiosos de demostrar que sí están para grandes cosas, firmó un gran torneo Apertura y derrotó en la final a un grande como Caracas. Este Monagas venía en serio.

Apoyados desde el principio en una dupla de centrales de calidad como Lucas Trejo y Joaquín Lencinas, aparte de tener el tino de fichar elementos (como se dijo) no valorados en sus clubes de procedencia, como Javi García, Óscar González, Daniel Febles,  o el mismo Blondell, que jugaba en la filial del Zamora antes de cruzar el país, hablan del buen ojo de Jhonny Ferreira, director técnico que apostó más a la capacidad aspiracional de los elegidos, que de nombres rimbombantes.

“He encontrado un grupo maravilloso, que supo rendir y tenían ganas de demostrar de que están hechos”, contaba Ferreira luego de ganar el Apertura.

Ferreira también destacó en aquel entonces la inversión de la directiva en mejorar la estructura del equipo. Una deuda histórica que va saldándose con hechos sólidos.

 Reinvención. Para el Clausura, Ferreira, perdió a su mejor hombre: Luis González, que se fue a FC Dallas.

Daniel Febles supo hacerse socio del goleador, Blondell y poco a poco se fue extrañando a “Cariaco”. Monagas, sin forzar la máquina al máximo, logra avanzar al octogonal y llegó hasta semifinales, donde Lara lo expulsó.

Sin embargo, la revancha se sirve fría. En la absoltua, Ferreira tuvo la virtud de reponerse a la expulsión de Febles (a dos partidos) en la anterior llave, y reacomodó bien el equipo, al punto que aunque en la ida cayó, en la vuelta fue contundente en la casa de un fiero rival.

Desde 1987  la afición monaguense esperaba este momento. La historia ha sido agridulce con los de Guarapiche: cuatro descensos, siete temporadas en segunda, pero con tres participaciones en Sudamericana que pueden parecer alegrías menores ante lo conquistado hoy.

La gloria estuvo cerca en la 2001/2002 al quedar segundos del Apertura (a dos de Estudiantes) y del Clausura (a tres de Nacional Táchira). La espera terminó: son los reyes orientales del fútbol nacional.

 

 

Source: Meridiano

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