La carta de los farmacéuticos a Fernando Simón

La carta de los farmacéuticos a Fernando Simón

La situación de las farmacias en la Comunidad de Madrid comienza a ser dramática y los boticarios alzan su voz para que las autoridades sean conscientes de sus necesidades. A continuación, reproducimos, íntegramente, la carta que una farmacéutica madrileña ha hecho llegar a Fernando Simón:

«Estimado Simón,

Le escribo desde una pequeña botica en la Comunidad de Madrid. Desde hace semanas el ritmo de trabajo es frenético, y no porque estemos facturando millones, sino porque la gente tiene muchas dudas y acude a nosotros y las condiciones de trabajo son muy distintas de lo que solían ser.

Muchos pacientes, por miedo, no se acercan al centro de salud o éste está cerrado. Otros, con dudas sobre sus síntomas compatibles con COVID-19, o con otras muchas afecciones menores, acuden a la farmacia y desde aquí tratamos de resolverlas, para tratar de molestar lo menos posible, entre todos, a nuestros médicos en estos momentos.

Desde la farmacia, con ayuda de la consejería, el apoyo incondicional de la distribución y los desarrolladores informáticos hemos conseguido agilizar todo tipo de procedimientos de dispensación, renovación de receta electrónica, exención de visados, etc. Para facilitar el funcionamiento del sistema sanitario, su sistema sanitario, y evitar que colapse.

Nos hemos adaptado a cada cambio ¡en cuestión de horas todos los farmacéuticos estábamos al corriente de cada nueva medida! Y sin rechistar, hemos continuado trabajando. Además, como pymes que somos, nos ha costado trabajo y dinero adaptar nuestras instalaciones a las normativas de seguridad, hemos hecho inversiones en material de protección, mamparas, barreras, etc. Para proteger tanto a nuestro personal como a nuestros pacientes. Incluso antes de que lo hiciesen las grandes cadenas de distribución o que el Ministerio diese órdenes claras de cómo proceder.

No le pido que nos aplauda a las 8 de la noche, no le pido que nos ayude con la inversión, y mire, tampoco le voy a pedir material de protección porque sé que es un bien escaso y prefiero que lo tengan, ahora que hay poco, los enfermos. Pero, por favor, no me diga usted que asumimos los riesgos propios de nuestra profesión, porque no es un riesgo propio de mi profesión asumir el trabajo de control de tensión arterial del centro de salud, porque no es un riesgo propio de mi profesión que me tosan en la cara con una enfermedad que está generando una pandemia, porque no es un riesgo propio de mi profesión tener parte del personal de baja por la infección y tener que cubrir horarios como podemos para seguir prestando el servicio, ni lo es estar expuesto a la enfermedad de manera tan evidente porque, por si usted no lo sabe, algunos de los pacientes que han fallecido, o están en la UCI actualmente, han pasado antes por mi farmacia, han tosido aquí, y han pedido ayuda porque su médico estaba de baja o su centro de salud cerrado o el teléfono colapsado.

Así que, si no pueden dar abasto con la demanda de material, reconózcalo, siempre hemos mirado por nuestros pacientes primero, y seguiremos en primera línea de trinchera con o sin mascarillas, pero no me diga que es un riesgo propio de mi profesión, porque entonces también, si tiene valor, dígaselo a los celadores, auxiliares de enfermería, enfermeras y médicos de atención primaria».

Source: La Razon

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