Manuel Vargas Vilera | @MA_Vargas7
Cuando en el año 2011 los Astros de Houston le dieron la oportunidad de jugar regularmente a un venezolano muy bajo para los estándares del béisbol (1.68 m), pocos imaginaron que ese pelotero se convertiría en el alma de una franquicia que llegó a su segunda Serie Mundial en tres años.
José Altuve se puso la capa de héroe una vez más y cuando todo apuntaba a que el conjunto astral se mediría en un séptimo juego ante los Yanquis de Nueva York, el criollo conectó un vuelacerca salvador para darle el triunfo y el boleto al ‘Clásico de Otoño’ a los suyos.
La algarabía explotó en un equipo que al momento de la llegada del venezolano estaba en horas bajas y las derrotas eran el pan de cada día; sin embargo, ambos han evolucionado juntos. Ahora él representa ese sol que alumbra en cualquier momento de oscuridad y que los tiene como uno de los equipos a temer en las Grandes Ligas.
«Ha estado con nosotros desde el comienzo. Ha tenido momentos grandiosos. Pero el batear un jonrón para acabar un juego y llevar a tu equipo a la Serie Mundial, luego que habíamos malogrado la ventaja, contra uno de los mejores cerradores del beisbol. Es algo que vamos a leer durante muchísimo tiempo», explicó en la celebración Jeff Luhnow, gerente general de los Astros, en declaraciones tomadas por MLB.com.
Las lesiones lastraron un poco el inició de campaña del segunda base criollo; sin embargo, su despertar aportó más poder al equipo en los meses en los que se deciden las cosas. «Eso quedó en el pasado», dijo Altuve durante la serie contra Nueva York sobre sus molestias. «No estaba al ciento por ciento. Ahora lo estoy. Ahora siento que estoy bien y puedo ayudar al equipo», agregó.
Y es que Altuve dejó promedio de .298 en la temporada regular, con 149 hits, 31 jonrones y 74 carreras impulsadas, pero en postemporada su incidencia con Houston ha sido espectacular al acumular un average de .349, con 15 imparables, cinco vuelacercas y ocho carreras traídas al plato. Los números no mienten y dejan en evidencia que el de Puerto Cabello se crece en octubre.
Altuve es la única pieza que sobrevivió a la gran restructuración de ese equipo que durante tres campañas seguidas, de 2011 a 2013, perdió 100 duelos y que ahora se alimenta de todas sus hazañas, la última de ellas que los depositó en la serie ante los Nacionales de Washington. La historia se escribe juego a juego, pero “Astroboy” ya ha dejado varias páginas doradas en un equipo en el que es el astro al que todos admiran, al tienen colocado en un pedestal y el que los salva cuando parece todo perdido.
«De rogar por un contrato profesional, de tocarle perder 100 juegos tres veces seguidas a ganar 100 juegos tres veces seguidas, pues no hay nadie que mejor personifica a los que se menosprecian. Y realmente no hay otro jugador con el talento que él tiene», cerró en la celebración el as de los Astros Gerrit Cole y efectivamente, más acertado no pudo estar.
Source: Meridiano