El Monstruo de cuatro cabezas: La dinastía que no pudo ser

El Monstruo de cuatro cabezas: La dinastía que no pudo ser

Iván Holguin López | @ivan_baloncesto

Hablar de la NBA es hablar de Celtics de Boston. Los de Massachusetts han sido campeones de la liga en 17 oportunidades, en la década de los 60 impusieron la mayor dinastía en la historia de cuando ganaron 10 anillos al hilo y sus colores los han vestido nombres como: Bill Russell, Larry Bird, Robert Parish, Kevin McHale. Pero hubo un equipo de Boston que ilusionó de nuevo a la fanaticada verde, un equipo que se pudo convertir en dinastía, pero se quedó a las orillas, el “Big Three” de Pierce, Allen y Garnett.

Del cielo al foso

Empezaba la década de 1980, otra página dorada en la historia de Boston, tras pasar algunos años sin título, la franquicia verde regresó a lo más alto de la NBA, gracias en gran medida a Larry Bird. El alero, se convirtió en la pieza clave de aquellos Celitics que llegaron a cinco finales en siete años. 

Tres títulos cosechó el equipo en esa década, junto a Bird nombres como el de Kevin McHale, Robert Parish, Dennis Johnson y Bill Walton, bajo la dirección técnica de K.C Jones retornaron a la ciudad de Boston a la palestra del baloncesto y a disputar lo que probablemente hayan sido las mejores finales de la historia de la NBA ante los Lakers del Showtime, creando así una de las mayores rivalidades de la historia.

Pero el paso de los años es indetenible y con la retirada de Bird y compañía el equipo verde quedó a la deriva, así como después de los 10 títulos de la década de los 60. 

Desde la temporada 1988-1989 hasta la 2003-2004, Boston disputó 16 temporadas sin pena ni gloria, nueve de esas campañas terminaron con récord negativo, se quedaron fuera de playoffs en siete oportunidades y no  accedieron a ninguna final de liga.

El renacer del monstruo verde

Si bien en la temporada 2001-2002 Boston llegó nuevamente a una final de conferencia bajo el mando de Jim O´Brien. En la temporada 2004-2005, Doc Rivers tomó las riendas del equipo. Rivers venía de dirigir al Magic de Orlando, equipo con el que se llevó la distinción de entrenador de año en el año 2000. 

El flamante entrenador verde se haría cargo de un proceso de reconstrucción del equipo de Massachusetts, en el draft de ese año el equipo trajo a piezas como Al Jefferson, Delonte West y Tony Allen; ellos se encargarían de rodear a la estrella del equipo Paul Pierce. En el primer año fueron a playoffs pero cayeron en primera ronda, las dos temporadas siguientes se quedaron sin postemporada y con récords negativos. 

Pero la historia del equipo cambió en la temporada 2007-2008. El gerente general Danny Ainge hizo un par de movimientos que a priori parecían arriesgados, pero que dieron vida nuevamente a Celtics. 

Ainge traspasó a los jóvenes Jeff GreenWally Szczerbiak y Delonte West a los Supersónicos de Seattle a cambio del triplero Ray Allen y el joven Glen Davies. La otra transacción fue incluso más arriesgada, Ainge traspasó a 5 de sus jugadores entre ellos Al Jefferson y un primer pick del draft a cambio de uno de los ala pivots más dominantes de la época Kevin Garnett. 

Estos cambios le permitieron a Boston formar su “Big Three” con Paul Pierce como pieza central y el complemento ideal de lanzamiento de Allen y la fuerza física de Garnett. 

El equipo que fue

El comienzo de temporada fue algo complicado, ya que Rivers no encontraba con quien complementar a su “Big Three”, sin embargo eso duro poco ya que el entrenador halló en Kendrick Perkins el pivot del equipo; y en la base a un jugador que había tenido pocos minutos en la temporada anterior, un jugador que terminó por convertirse en una pieza central, el joven piloto Rajon Rondo y el equipo pasaría de ser un “Big Three” a un “Monstruo de 4 cabezas”.

Con un equipo titular consolidado y grandes aportes desde el banquillo de hombres como Tony Allen, Eddie House y Glen Davies. El equipo tuvo un vuelco radical, terminando aquella temporada primeros en el Este con récord de 66-16, el tercer mejor registro en temporada regular de Boston en la historia. 

Los premios no tardaron en llegar ese año Ainge se llevó el título de mejor ejecutivo de la temporada y Garnett el de mejor defensa. Pero lo realmente importante estaba por llegar en esa postemporada. 

A pesar de su dominio en toda la temporada regular los Playoffs fueron un dolor de cabeza para Boston, en primera ronda sufrieron para ganar 4-3 a Hawks de Atlanta; luego en las semifinales de conferencia derrotaron a los Cavaliers de Cleveland de LeBron James, ganándoles también 4-3. En las finales de conferencia a Pistons de Detroit 4-2.

En la final de la liga, y como si se tratase de un guión de película hollywoodense, Celtics debían enfrentar a sus archirravales Lakers; quienes con la dupla Gasol-Bryant volvían a unas finales.

Con la localía a su favor, Boston se llevó los dos primeros juegos en el TD Garden, obligando a los Lakers a emparejar la serie en el Staples Center. Todo parecía que eso iba a ser así, pero tras la primera victoria de los púrpura y oro en Los Ángeles, los Celtics lograron romper el factor localia y ganar el cuarto duelo de la serie. 

El quinto fue para Lakers que ahora tenían la complicada tarea de vencer a Boston dos veces seguidas como visitantes, pero los de Rivers no dieron oportunidad a nada y con la serie nuevamente en Boston, los verdes finiquitaron las finales y levantaron el trofeo de las finales nuevamente tras 22 años de sequía. Pierce fue nombrado más valioso de esas finales y en Boston todo apuntaba a que una nueva era de triunfos nacería. 

El caer del Monstruo

Luego de los éxitos conseguidos en esa temporada 2007-2008, Boston era el favorito para repetir el título en la 2008-2009. En temporada todo marchó bien otra vez, culminaron primeros con 62 y 20, pero en playoffs caerían en semifinales de conferencia ante el Magic de Orlando de Dwight Howard 3-4. La lesión de Garnett para Playoffs fue la clave de la derrota. 

El flojo banquillo de Boston quedó confirmado esa temporada, por eso Danny Ainge y Doc Rivers se pusieron manos a la obra para confeccionar una plantilla más solida capaz de regresar a una final, eso sí, sin tocar a su monstruo de 4 cabezas. Por eso en la campaña 2009-2010 llegaron los nombres como: Nate Robinson o Rasheed Wallace.

El problema aún era la ausencia de Garnett, tras una primera mitad de campaña irregular con el retorno del “cuervo” de su lesión, el equipo encontró el rumbo terminó cuarto en el Este con récord de 50-32. Pero en Playoffs arrasaron. 4-1 al Heat de Miami en primera ronda, 4-2 en semifinales y finales de conferencia a Cleveland y Orlando respectivamente. 

Otras finales de liga, pues otra vez los Lakers en frente, quienes habían quedado campeones la temporada anterior y que aprendieron del error de hace 2 años. Con un juego mucho más físico de Gasol y una actuación pletórica en toda la final de Bryant los de California se llevaron el título.

El golpe fue duro para los Celtics, que intentaron rearmar al equipo trayendo a Shaquille y Jermaine O´Neal, la vuelta de Delonte West o la incorporación de Carlos Arroyo. Pero tras otra buena temporada regular caerían en semifinales de conferencia ante Heat de Miami 4-1 en lo que era el inicio del “Big Three” de James, Wade y Bosh. 

Para el año siguiente con un equipo mucho mayor, Boston logró acceder nuevamente a Playoffs, pero esta vez con el peor récord de esta era solo 39 victorias y 27 derrotas. Pero perderían en las finales de conferencia otra vez ante el Heat y eso marcaría el principio del fin del “Monstruo de 4 cabezas”

En la 2012-2013 un miembro de ese gran equipo se marcharía, Ray Allen se mudaría a Miami dejando a Pierce, Garnett y Rondo “solos”. El equipo se clasificaría séptimo en el Este, pero se iría en primera ronda ante los Knicks de Nueva York. Esto pondría fin a todo, Rivers se iría del banquillo, Garnett y Pierce se marcharían a los Nets y del monstruo de 4 cabezas solo quedaría Rajon Rondo. 

¿Qué los dañó?

Sin duda alguna, ese cuarteto letal de Garnett, Rondo, Pierce y Allen, pudo dar mayores alegrías a la fanaticada de Boston, pero tres factores jugaron una mala pasada al equipo verde.

Las lesiones recurrentes, primero de Garnett tras el título de 2008, luego de Pierce y Allen en temporadas siguientes, además de la recaída de Garnett. Perkins, Davies y Rondo también se lesionaron en más de una oportunidad, privándoles de la oportunidad de jugar todos a plenitud como en ese 2008.

El segundo la edad. Al momento de la conformación del “Big Three” Garnett tenía 31 años, Allen 32 y Pierce 30. Wallace llegó con 35 años y Shaquille O´Neal con 38, tanto así que se retiro ese mismo año. 

Por última la relación del equipo no era la mejor, Rajon Rondo fue un foco de conflicto de aquella plantilla y el rompimiento de su trato con Allen tras el 2009 afectó a la dinámica de juego. 

Esos dos hechos jugaron en contra de la que se pudo convertir en la tercera dinastía de la franquicia más ganadora de la NBA. Que hubiese pasado de conformarse esa plantilla algunos años antes y que hubiesen estado en optimas condiciones son preguntas que nunca tendrán respuesta, pero que nos dejan volar la imaginación. 

Source: Meridiano

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