Crean un aparato que puede detectar problemas de salud mental, pero ¿a qué costo?

Crean un aparato que puede detectar problemas de salud mental, pero ¿a qué costo?

Un grupo de investigadores en Estados Unidos desarrolló una máquina que puede analizar la depresión y otros problemas de salud mental. Sin embargo, preocupa que para eso deban entregar varios datos personalísimos.

La doctora Neguine Rezaii, acompañada de Elaine Walker y Phillip Wolff, creó esta máquina. La publicación en Nature fue realizada en 2019, y este año, debido a la cuarentena por el coronavirus, está tomando mayor impulso.

Sin embargo, surgen varias preguntas, como la realizada por el MIT a través de su revista de investigación. ¿Qué ocurre con los datos que las personas entregan a la máquina?

Una cosa es que un psiquiatra guarde la información. Pero ¿qué ocurre si la información del aparato cae en manos inescrupulosas?

 

El diagnóstico sobre la salud mental analizando un marcador lingüístico

Rezaii, nacida en Irán y emigrada a Estados Unidos, demostró cómo se puede obtener con un marcador lingüístico los signos de futuras enfermedades mentales.

Se hizo gracias a que el aprendizaje automático ofrece un enfoque para la extracción rápida y precisa de estos signos. La doctora Rezaii y sus compañeros investigaron dos posibles indicadores lingüísticos de psicosis en 40 participantes.

A través de esos resultados se concretó cómo obtener el marcador lingüístico de densidad semántica, utilizando una técnica que descompone el significado de una oración en sus ideas principales. Se llama el Método matemático de desembalaje vectorial.

 

Estudios sobre el cerebro

 

La conversión a psicosis y a otros problemas mentales es señalada por baja densidad semántica y hablar sobre voces y sonidos. La precisión fue de un 93% en el entrenamiento y un 90% en los conjuntos de datos de retención.

Gracias a esto es posible pronosticar una amplia gama de trastornos mentales. Incluso, mucho antes de su aparición y diagnóstico definitivo.

Con todos los logros, la preocupación sobre la privacidad continúa latente.

“La adopción de esta experiencia está superando indudablemente a la regulación autorizada”, dice Piers Gooding. Gooding pertenece al Instituto de Equidad Social de Melbourne, Australia.

“Debe haber un serio debate público sobre el uso de las ciencias aplicadas digitales en el contexto de la salud mental”.


Source: fayerwayer

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *