El Barcelona está en un mal momento. En defensa hacen aguas como y lo sucedido en todos los partidos de ligas donde no han dejado el arco en cero es una muestra de ello. Luego, tienen un problema al salir de casa, no han conseguido una victoria en las cuatro salidas que han hecho. Para concluir esta maraña de malos momentos, el ataque está apagado. Griezmann no ha terminado de explotar y la mayor apuesta está en los pies de un joven canterano de 16 años llamado Ansu Fati. Todo esto se siente más tras la derrota de este sábado ante un buen Granada.

Al Granada le bastó encontrar un error en la creación para conseguir el primer gol tras un cabezazo de Ramón Azeez al arranque del partido. A los locales les bastó saberse parar en una defensa ordenada para detener al ataque culé que tenía a Griezmann y a Suarez en el tridente ofensivo. Mientras, los locales atacaban aprovechando los espacios dejados por el Barça y usando la velocidad de Machís para hacer daño.

El Granada al mando

El partido se desarrolló como el Granada quería. El Barcelona se empantanó en un partido donde no lograron disparar al arco hasta el minuto 83, Messi y Ansu Fati no pudieron mover a los suyos, mientras, los locales esperaron pacientemente hasta que en el 60 tuvieron un penal a su favor para el 2-0 siendo así la primera vez que al Barça le meten dos o más goles en cuatro partidos consecutivos.

En estos momentos, desde el Barça se vive una crisis. Los culés han gastado muchísimo dinero en los últimos años y se están dando cuenta que el equipo está estancado. El puesto de Valverde, uno de los más criticados desde la derrota ante el Liverpool, pende de un hilo. Pero lo que es una realidad casi segura, es que el equipo necesita mucho más que un fichaje o un cambio de entrenador. Las sensaciones son de un equipo golpeado y que no se reconoce. Tal vez estemos viendo el final de una de las eras más grandes de la historia del barcelonismo.

Daniel Limongi/Informe21