Frederlin Castro | @meridianoonline
Latinoamérica cada vez más dice presente en las Grandes Ligas, y mientras la bandera la llevan
peloteros como Fernando Tatis Jr., Ronald Acuña Jr. y Luis Robert que en cada juego encantan a
los aficionados con sus talentos, hay un grupo de prospectos que espera su turno para poder
continuar la tradición.
Presente
No hubo una temporada de ligas menores en 2020, pero habrá Prospect Watch, aunque en un
formato alterado. En lugar de estudiar el terreno para cada equipo, destacaremos a un joven que
juega en las Grandes ligas. Esta semana, ese jugador es el jugador de campo de los Mets de Nueva
York, Andrés Giménez, que ha alcanzado un nivel de .293/.344/.402 (107 OPS+) en sus primeras 90
apariciones en la liga, y que recientemente ha tomado el relevo en el campocorto con el mánager
Luis Rojas.
El éxito de Giménez en el plato, incluso en una pequeña muestra, se registra como una sorpresa.
Giménez con 22 años, era joven para Doble A de la temporada pasada, pero luchó en su camino
con un .700 OPS. La combinación de su enfoque de marcha atrás y su limitada potencia de salida
ha preocupado durante mucho tiempo a los evaluadores de talento, ya que suprimirá su potencial
de bateo para el promedio los lanzadores de las Grandes Ligas.
Futuro
Firmado por los Mets por 2,7 millones de dólares después de que se clasificó como el prospecto
internacional número 13 de MLB Pipeline, Francisco Álvarez ya parece que será una de las gemas
de la clase 2018-19. Sus ruidosas herramientas y su impresionante sentido del juego hicieron que
los Mets lo enviaran directamente a la Liga Novata de la Costa del Golfo para su debut como
profesional, y Álvarez respondió al desafío con 1.395 OPS en sus primeros siete partidos antes de
avanzar a la Liga Apalache, donde inmediatamente se convirtió en el jugador diario más joven del
circuito. El entonces jugador de 17 años de edad no era nada comparado con la competencia más
avanzada y logró una puntuación de .282/.377/.443 en 35 partidos.
Álvarez, uno de los bateadores jóvenes más excitantes de los Menores, ya demuestra su habilidad
para encontrar el barril desde el lado derecho del plato y tiene la fuerza, la velocidad de bateo y la
trayectoria de swing necesarias para convertirse en un bateador plus. Su conocimiento de la zona
de golpeo trasciende su edad y experiencia, y ya muestra sensibilidad para dejar que la bola viaje
profundamente y golpee a todos los campos. El hecho de que el swing del venezolano esté
orientado a los golpes de línea y a las pelotas voladoras debería conducir a una potencia de juego al menos promedio, y ofreció una muestra de ese potencial de potencia al batear siete cuadrangulares, incluyendo varios tiros largos, de lado, en su debut profesional.
Álvarez se mueve bien detrás del plato a pesar de ser físicamente avanzado para su edad, y su
precisión, además de la fuerza de su brazo, es un buen augurio para controlar el juego de carrera.
Un defensor ágil que obtiene altas calificaciones por su nivel de energía y su voluntad de aprender,
Álvarez tiene ganancias obvias que hacer tanto como receptor como jugador, aunque algo de eso
debería venir naturalmente con la experiencia. Si todo esto funciona para él, Álvarez podría
convertirse en un receptor de las grandes ligas por encima de la media, capaz de impactar el juego
en ambos lados de la pelota.
Source: Meridiano