Vacunación, un arma efectiva contra la resistencia antimicrobial

Vacunación, un arma efectiva contra la resistencia antimicrobial

La vacunación es una de las armas más efectivas para luchar contra la resistencia antimicrobial, una de las mayores amenazas de salud pública que enfrenta el mundo, porque al prevenir la aparición de la enfermedad y su transmisión, se elimina la necesidad de usar antibióticos.

Vacunación, un arma efectiva contra la resistencia antimicrobial

Este es uno de los argumentos usados por Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi, la Alianza para la Inmunización -que ha logrado en casi dos décadas salvar diez millones de vidas al proporcionar vacunas a más de 700 millones de niños en el mundo- para defender la necesidad de amplios y regulares programas de vacunación.

«La resistencia antimicrobial es uno de los principales desafíos que enfrentamos. Si la población está protegida contra la enfermedad gracias a la inmunización, no hay necesidad de usar antibióticos para los cuales ya puede haber resistencia», indicó Berkley en una entrevista con Efe.

La resistencia antimicrobial (AMR, en sus siglas en inglés) amenaza la efectiva prevención y tratamiento de infecciones causadas por microorganismos (bacterias, parásitos, virus y hongos), dado que quien la padece no reacciona al efecto de los antibióticos o antivirales prescritos.

La AMR aparece cuando algunos microorganismos mutan a causa de la sobreexposición o mala exposición a los medicamentos antimicrobianos (antibióticos) y desarrollan resistencia a estas medicinas.

Como resultado, los fármacos son ineficaces y las infecciones persisten en el cuerpo, incrementando el riesgo de que se contagien a otras personas.

Un ejemplo de la relación entre la inmunización y la AMR ocurre con la fiebre tifoidea, que mata anualmente a 140.000 personas, especialmente en el Sudeste Asiático, pero también en África.

Actualmente, hay un brote de una cepa de fiebre tifoidea resistente a los fármacos en el sudeste asiático, pero el dato más alarmante es que, por cada caso comprobado de esta enfermedad, se tratan entre 3 y 25 pacientes con antibióticos, cuando realmente no la padecen.

Se calcula que este uso abusivo de antibióticos para tratar supuestos casos de fiebre tifoidea se eleva a unos 50 millones de dosis anualmente, lo que contribuye a crear aún más resistencia a unos fármacos que eventualmente deberían salvar vidas.

Gavi aprobó recientemente una partida de 85 millones de dólares para introducir la vacuna contra la fiebre tifoidea en los países que apoya y evitar el doble objetivo de revertir la enfermedad y detener la AMR.

«Prevenir las infecciones no solo salva vidas, sino que también reduce la habilidad de los microorganismos de desarrollar resistencia», subrayó Berkley.

Otro ejemplo proporcionado por el ejecutivo es el de la PCV, la vacuna para prevenir la neumonía, una de las principales causas de muerte entre los menores de cinco años y que debe tratarse con antibióticos.

Según un estudio de la Universidad John Hopkins, el hecho que Gavi haya ayudado a la extensión del uso de la vacuna PVC evitó el uso de 14 millones de dosis de antibióticos entre 2011 y 2015, y de 28 millones entre 2016 y 2020.

Berkley puso énfasis en que la resistencia antimicrobial es un problema mundial y que ocurre sin tener en cuenta el nivel socioeconómico de los países, por lo que abogó por publicitar esta relación entre los grupos que en los países ricos son reacios o firmes opositores a la inmunización.

«El hecho de que niños de Europa o Estados Unidos no se vacunen, ponen en riesgo a toda la población en general, porque ayudan a la expansión de la enfermedad, ponen en peligro a personas inmunodeficientes, y ahondan el problema del sobre uso de antibióticos y por ende de la AMR», denunció.

Recordó los recientes casos de brotes de sarampión en EEUU, Italia, Francia o Suiza y los estragos que causaron.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, 27 de los 40 millones de estadounidenses que reciben antibióticos al año no los necesitan porque padecen infecciones virales que no reaccionan a este tipo de medicamentos.

«Si el uso de vacunas fuera totalmente generalizado, muchas de las infecciones virales no aparecerían, y por lo tanto no habría tantas diagnosis erróneas, por lo que se reduciría el mal uso de antibióticos y la expansión de la AMR», concluyó Berkley. EFE / RA

Categoria: 

Source: Informe21

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *