Una endoprótesis a medida para tapar una fístula gigante

Una endoprótesis a medida para tapar una fístula gigante

Customizar una prótesis para «taponar» un agujero en la arteria aorta. Éso es lo que han hecho en el servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla con el objetivo de conseguir una que pudiera encajar con la fístula que presentaba un paciente y para la cual, no existía ninguna que le diera solución.

Se trataba de un caso muy complejo, en el que, por un lado, el abordaje quirúrgico era de elevado riesgo y, por otro, las técnicas de embolización existentes no se adaptaban pues, dadas las grandes dimensiones del «agujero», no conseguirían cerrar la misma.

Todo esto unido al hecho de que el paciente era una persona joven que sólo contaba con un riñón y que el fallo en la colocación de la endoprótesis se lo podía dejar inutilizado y, por tanto, en tratamiento de hemodiálisis para el resto de su vida.

Un orificio de 2,7 cm

«La alternativa era operar al enfermo pero con un riesgo muy alto para su vida, por lo que entonces nos planteamos ¿y si le ponemos una tela a en la salida de la arteria renal? Así lo tapamos cerrando el orificio de esta arteria», cuenta Juan Ponce, especialista en Angiología y Cirugía Vascular de dicho centro.

Porque, para hacernos una idea de la problemática a la que se enfrentaban los médicos, arteria y vena habían quedado conectadas tras la realización de una operación en la que se había le extirpado uno de los riñones al paciente. Un problema que, si bien no es lo habitual, puede suceder. «Es una complicación postoperatoria, rara, que sucede tras un cáncer renal», señala Ponce.

En estos casos lo que indica el protocolo que hay que hacer es desconectar la arteria de la vena y, para lograrlo, se utilizan una especie de «tapones» llamados «stents» o endoprótesis, que no son otra cosa que un tubo recubierto que se coloca dentro de una arteria. El problema era que esta fístula había crecido mucho y no había ninguna tan grande. Y es que la fístula tenía nada más y nada menos que 2,7 centímetros de diámetro.

Medio año de pruebas

Así, una vez tomada la decisión, el Servicio de Angiología y Cirugía Vascular y de Radiología intervencionista del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, contactó con el laboratorio Bolton Medical de Florida (en Estados Unidos), para empezar a desarrollar una endoprótesis específica para el tratamiento de la gran fístula arteriovenosa renal.

Tras largo tiempo de estudio y el desarrollo de diversos prototipos de prueba –tardaron entre seis y nueve meses en conseguir la prótesis perfecta– lograron fabricar un dispositivo totalmente a medida de las necesidades del enfermo en cuestión.

Porque el avance en la industria farmacéutica gracias a las nuevas tecnologías y la colaboración con los equipos médicos han demostrado que las inverosímiles ideas de antaño hoy en día se pueden llevar a cabo, como el caso de la solución alcanzada con esta compleja fístula.

Una vez conseguida, «teníamos sólamente una oportunidad para ponerlo correctamente porque, una vez que se suelta el muelle no se puede recuperar sin intervenir quirúrgicamente», cuenta el doctor Ponce.

Así, el dispositivo se implantó por una pequeña incisión a través de la arteria femoral y se colocó, con ayuda de control radiológico, en el interior de la aorta cerrando la fístula y conservando la funcionalidad del riñón contralateral. «La gran dificultad consistía en «tapar la arteria por un lado y dejarla abierta por el otro», explica el experto.

Y el resultado fue «magnífico»: «El paciente se fue al día siguiente de la intervención de esta forma, en vez de pasar dos semanas ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos, que es lo que habría sucedido si le hubiéramos intervenido quirúrgicamente. Y eso sin hablar del riesgo para su salud que conllevaba», continúa el especialista en Angiología y Cirugía Vascular de Quirónsalud Sagrado Corazón.

Tal ha sido el éxito de la operación que en la actualidad el paciente desarrolla su vida con total normalidad y los controles radiológicos realizados a posteriori denotan una permeabilidad normal en la arteria renal derecha y un taponamiento total en la izquierda, demostrado la plena eficacia del procedimiento, como asegura el doctor Ponce.

Reconocimiento

A pesar de todo, este tipo de endoprótesis está indicada únicamente cuando las técnicas tradicionales no sirven para el tratamiento de la fístula. «Éste es un caso excepcional. En 30 años no he visto nunca nada parecido. Puede ser la primera vez que se hace algo así, aunque no lo sé seguro», apunta el experto.

Por ello este caso ha tenido el reconocimiento en los foros científicos con su publicación en una de las revistas más prestigiosas de la especialidad, «Vascular and Endovascular Surgery», el pasado mes de mayo.

Source: La Razon

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