Poco después del amanecer, decenas de venezolanos se reunieron en la oscura estación de autobuses de Caracas. Cada uno llevaba una maleta grande, mantas, papel higiénico, pan y botellas con agua.
Esposas llorando, niños confundidos y padres ancianos los abrazaban una y otra vez hasta que llegó el momento de revisar los boletos y pesar los equipajes, y luego se quedaron horas esperando que el autobús partiera. Cuando se puso en marcha, los pasajeros miraron a sus seres queridos, golpeando las ventanas y lanzando besos, mientras salían de la deteriorada capital.
Source: El universo
Reporte Especial de Reuters: Abandonar Venezuela en una caravana de la miseria
2018-03-03