Alfredo Coronis A.

Corría una práctica en césped sintético del Monagas. La estrella y goleador del equipo, Anthony Blondell no tenía zapatos adecuados y ante la molestia, el DT Jhonny Ferreira, mandó a entrenarse como delantero a Agnel Flores, volante de primera línea que no tuvo mayor regularidad en la  temporada que recién concluyó.

Flores apenas jugó nueve partidos de titular en la zafra y acumulaba dos goles. En otros tres entró como suplente, como el domingo en que marcó el gol del 0-2 que significó la primera estrella para Monagas en treinta años de su historia en Primera.

“El “profe” (Ferreira) me dijo que me tenía una fe brutal, vas a ingresar de segunda punta por detrás de Blondell”, confesó a Deportiva 1300 AM.

En algunos  tramos del partido, se le vio a Blondell dialogando varias veces con Ferreira, como compartiendo visiones tácticas.

En efecto, cuando corría el minuto 81, Flores, que no ingresó para reforzar la primera línea de volantes sino para sumar un elemento más al ataque, generando  superioridad numérica. Este se  encontró un balón en el área grande tras un córner que no pudo retener el meta Carlos Salazar, y en el laberinto de piernas, su zurda fue la única con tino en medio del frangollo por el balón. Con el 0-2 iba quedando descartada la idea, casi aceptada por resignación, de definir la liga 2017 desde el cadalso de los penales.

“Estoy seguro que el desgaste a ellos les pegó, a nosotros quedar fuera nos cayó bien, debido a que teníamos muchos partidos encima y no habíamos hecho pretemporada”, agregó en la tertulia radial su compañero de equipo Javi García.

Ese gol de Flores no habría sido posible sin los zapatos de Blondell, en primera instancia porque entrenó para ser delantero. Y en segunda, porque de ellos salió el 0-1 de ese desenlace.

Source: Meridiano