Con hoteles de lujo, elegantes barrios residenciales, un aeropuerto moderno o una torre de 345 metros, Egipto espera asombrar al mundo con su nueva capital en pleno desierto, un proyecto que dista mucho de generar consenso.
«Tenemos un sueño», suelta Jaled El Husseiny, a quien las autoridades encargaron que presentara el sitio ante una quincena de periodistas extranjeros coincidiendo con una visita oficial.
Source: El universo