Día de la madre: "Lo imaginaba como ingeniero en computación", mamá de Franklin Gutiérrez

Día de la madre: "Lo imaginaba como ingeniero en computación", mamá de Franklin Gutiérrez

Quien haya visto con frecuencia el beisbol profesional venezolano, y el desempeño de la representación criolla en Grandes Ligas, estará de acuerdo en que Franklin Gutiérrez es uno de los peloteros nativos más talentosos e importantes surgidos en este milenio.

El «Guti» nos maravilló con su abrumadora capacidad defensiva, que por un buen momento generó encendidos debates sobre quién era el mejor jardinero central de esta nación, él o Endy Chávez; ambos desencadenaron pasiones deportivas en la afición de sus respectivos elencos.

Algunas de las mejores jugadas defensivas vistas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional fueron autoría de Franklin, ese delgado muchacho que desde siempre estuvo dotado por un maravilloso guante, gran capacidad para cubrir terreno, leer acertadamente conexiones complicadas y un instinto asertivo como especie de sexto sentido.

 

 

Cierto que las condiciones siempre estuvieron ahí, pero al final de cuentas, todo fue posible gracias al eternamente invalorable apoyo familiar; su núcleo: papá, hermanas y mamá perenemente le acompañaron, en especial la progenitora, Leida, pilar de soporte para su vástago. Ella en todo momento estuvo ahí, aún lo hace, es una de las madres peloteriles más constantes al menos en redes sociales.

Cuando el tic tac del reloj nos tiene en un nuevo agasajo del Día de las Madres, la mamá de Franklin Gutiérrez conversa en exclusiva con la marca Meridiano, para narrarnos detalles sobre todo el proceso formativo de su muchacho, desde el seno del hogar, Criollitos de Venezuela, Leones del Caracas y las Mayores.

1.       Extensa es la cantidad de talento peloteril que ha generado Venezuela, dentro de ese gran lote Franklin sobresale por sus excelsas capacidades defensivas. ¿Siempre fueron naturales en él, o se trató de un proceso de continuo aprendizaje y perfección?

«Siempre fueron naturales, diría que nació con eso porque al pasar del tiempo se fue perfeccionando con ayuda de su papá, de los entrenadores y por supuesto, con lo esencial que fue nuestro apoyo de padres, de llevarlo a los lugares donde lo iban puliendo poco a poco».

2.       ¿Dentro de ese proceso hubo algo en particular que le hiciera pensar, mi muchacho puede llegar al profesional?

Sí, lo llegué a pensar junto a su papá, por su talento, su desempeño tanto en juegos como en prácticas. Desde un principio se le vio mucho entusiasmo con la pelota. Mis hijas también formaron parte, todos como familia lo ayudábamos como lanzándole chapitas, maíz y él bateaba usando ganchos de palito» (risas).

3.       ¿A él como le iba en los estudios, llegó a estar en una situación en la que debió ponerlo en 3 y 2, o mejoras las notas o no juegas más por ejemplo?

«Le fue bien en sus estudios, nunca tuvimos problemas en ese aspecto, nunca le quedaron materias, no fue estudiante de notas altas pero tampoco de raspar, ¡nunca! Eso sí, en algún momento le llegamos a decir que debía graduarse de bachiller si realmente quería jugar como profesional».

4.       Entonces era mejor pelotero que estudiante (risas)

«Por supuesto, claro» (risas).

 

 

5.       De adulto, da la impresión de que Franklin es un hombre tranquilo, hogareño ¿capaz que de niño era lo contrario, se escapaba para jugar pelota por ejemplo?

«Si supieran que él nunca se nos escapó para jugar, lo cuidamos muchísimo, en especial en épocas de carnavales donde quería lanzar bombitas de agua, eso no se lo permitíamos para no dañarle el brazo. Pero él nos contó después, que en su época de liceo lo sonsacaban para salir a jugar pelotica de goma; su papá ya lo había aconsejado al respecto, explicándole que las peloticas de goma dañan los brazos, entonces Franklin simplemente les decía que no y listo, sin ningún tipo de problemas se iba a la casa».

6.       Ya como adolescente que se vislumbraba hacia el profesional, surgieron amores juveniles que usted consideró pudieron poner en peligro su carrera?

«No, no hubo novia que me llevara a pensar que podría poner en peligro su posible carrera. Si las tuvo como todo adolescente; a lo mejor les costará creerlo pero él realmente estaba muy centrado en lo que quería desde siempre, llegar al profesional».

7.       No es común ver a la madre de un beisbolista tan involucrada, públicamente, con la carreara de su hijo ¿siempre ha sido así, acompañaba a Franklin a sus juegos en los Criollitos, con los Leones y Marineros?

«Eso de involucrada me causa gracia (risas), pero sí, siempre lo estuve, su papá y yo siempre estuvimos en sus prácticas, en sus juegos. En la primera etapa con los Criollitos asistimos a cada uno de sus juegos, cuando tenían que viajar en los juegos interestatales, nacionales, nos íbamos con ellos».

«Ya con los Leones, la verdad creo que tampoco perdí juego alguno, en todo caso uno solo. Cuando jugó con los Marineros estuvimos en Seattle en una oportunidad, compartimos unos 15 días, apoyándolo. Desde siempre ha contado con el apoyo de sus padres y hermanas».

8.       Dónde estaba, qué hacía el día que Franklin debutó con los Leones y en Grandes Ligas?

«Cuando se estrenó con los Leones estábamos en nuestra casa en Caricuao, casualmente oíamos el juego por radio; en su primer partido pegó jonrón y todos nos pusimos a pegar gritos, nos abrazamos, nuestras reacciones fueron propias de todo lo que conllevan estas emociones».

«En Grandes Ligas también estábamos en casa, con los Indios entró como corredor emergente y logramos verlo por televisión; eran sus inicios y claro, todos acá contentos, podrás imaginarte la felicidad que sentíamos».

9.       ¿Si Franklin no hubiese sido pelotero, usted cómo lo imaginaba de adulto, ingeniero, periodista, profesor?

«Lo imaginaba como ingeniero en computación porque tenía inclinación hacia esa área, de hecho, si no me falla la memoria, en una oportunidad se lo preguntamos y manifestó que eso también le gustaba».

10.   ¿Leida de Gutiérrez siempre fue caraquista, o se unió a la legión cuando su chamo firmó con Leones?

«Siempre lo fui, desde pequeña mis padres eran caraquistas y todos también lo somos. Cuando me casé mi esposo era magallanero, pero como en familia siempre viene el apoyo, hice el ‘sacrificio’ y me cambié de equipo por muchos años, hasta que llegó el momento en que firmaron a Franklin, ahí volví a ser caraquista, no me costó mucho, fue con mucha tranquilidad y todo bien».

 

 

11.   Antes de Franklin, ¿quién era ese caraquista de su predilección? Me parece que Antonio Armas o Andrés Galarraga…?

«Andrés Galarraga».

12.   Como todo, la vida de las Grandes Ligas tiene pros y contras, pero como mamá de un bigleaguer, ¿cuáles son sus ventajas preferidas y no tan preferidas?

«Entre las preferidas, existían los recursos para poder viajar a verlo  jugar, el conocer los estadios de la MLB, acompañarlo en Seattle, antes con los Indios de Cleveland».

«Como las no preferidas, el no poder verlo con frecuencia por el gran tiempo que abarca cada temporada, son unos cuantos meses y bien largos».

13.   En aquellos momentos de dificultades, desde la perspectiva de madre, ¿cómo manejó esos escenarios, por ejemplo, los detalles de salud del «Guti»?

«No fue nada fácil, fueron momentos bastante, bastante difíciles. Le rogaba, le pedía mucho a Dios por la salud de mi hijo. Cada vez que conversábamos, yo en Venezuela y él en Estados Unidos, lo que me quedaba era siempre darle aliento a cada una de esas cosas complicadas que le tocó vivir».

«Siempre le hice saber, le decía ‘papi, aquí están tus padres, apoyándote, tranquilo, vas a superar esto, ten mucha fe, confía en Dios, eres un muchacho bueno, talentoso, vas a salir de toda esta situación’, se lo decíamos con frecuencia mientras nos aferrábamos a Dios».

14.   Es sabido que los caraquistas están entre los aficionados más difíciles ¿le tocó manejar eso en el Estadio Universitario, como improperios hacia Franklin?

«No fueron muchos, pero si me tocó, como una mentada de madre que le echaron y la persona estaba detrás de mí, claro, no sabían quiénes éramos, no nos dábamos a conocer. Varias veces le gritaban, yo volteaba, muy disimuladamente, no podía hacerlo descarado, y nos tocó quedarnos callados, no nos quedaba de otra porque no me iba a poner a discutir con nadie, porque ya había visto que lo hicieron con otros peloteros».

15.   Durante toda su carrera Franklin destacó también por su inteligencia, ahora bien ¿de dónde cree vino esa parte, la heredó de usted?

(Risas) «Yo digo que sí, lo heredó de mí, una parte, la otra de su papá, como un conjunto, los dos somos inteligentes, ahora habrá que preguntárselo a él, a ver qué cree» (Risas).

16.   Como madre, qué mensaje de apoyo quisiera transmitir a aquellas progenitoras que también tienen pequeños gustosos por el deporte de los bates, guantes y pelotas?

«Que los apoyen, nunca los dejen solos, que les acompañen a sus prácticas. Siempre aúpenlos, sobre todo eso, apoyo, el apoyo familiar es fundamental, también que les tengan mucha paciencia».

Source: meridiano

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