Para muchos naturistas, aquellos que pregonan una vida basada en la convivencia nudista en sociedad, y decenas de miles de swingers, que intercambian parejas sexuales, Cap d’Agde, en el sur de Francia, se ha convertido en los últimos años en un destino tradicional de las vacaciones de verano.
Pero un rebrote de casos de coronavirus en este lugar puso un foco de luz incómodo sobre su estilo de vida alternativo.
Source: El universo