Vuelta al diagnóstico funcional para detectar la enfermedad de Ménière

Vuelta al diagnóstico funcional para detectar la enfermedad de Ménière

Mareo, sensación de movimiento e inestabilidad son los síntomas más característicos del vértigo, una circunstancia que ha sufrido el 80% de la población al menos una vez en su vida, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología (Seorl-CCC). Pese a su alta incidencia, lo cierto es que aún se podría decir que es una patología «desconocida», pues no se sabe qué lo produce –aunque sí el porqué– y en su tratamiento apenas si han aparecido novedades relevantes en los últimos años.

«Hace unos años el diagnóstico se hacía sobre la causa etiológica (el origen de la enfermedad). Nada. Después se miró si era del oído y del cerebro. Tampoco. Por eso, ahora hemos recuperado el diagnóstico funcional y los criterios clínicos. Nos fiamos de los síntomas y los agrupamos en grandes bloques», explica Nicolás Pérez, director del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid y uno de los mayores expertos en la enfermedad de Ménière, uno de los «subtipos» de vértigo que afecta aproximadamente a dos de cada mil personas, especialmente en el tramo de edad de 40 a 60 años.

Lo importante en el abordaje del vértigo es «que se debe dedicar tiempo a los pacientes para poder estudiar bien su historia clínica y hacer una exploración minuciosa. De hecho, son a los que más tiempo dedicamos en las consultas de otorrinolaringología», coincide Luis Lassaletta, presidente de la Comisión de Otoneurología de la Seorl-CCC. Su diagnóstico se hace complicado en la medida en que el sistema vestibular no es accesible para realizar una exploración directa. En este sentido, «los principales datos de la exploración se obtienen a partir del movimiento de los ojos, espontáneo, o como respuesta a movimientos de la cabeza, así como a través de la forma en la que el paciente está de pie o camina», continúa el experto.

Además, las últimas novedades relacionadas con dos técnicas de diagnóstico vestibular parece que están mejorando la información al respecto. «Nos ayudan a conocer mejor el grado del daño del oído y para mirar la capacidad funcional del oído interno», cuenta Pérez. Tal es el caso de los potenciales evocados miogénicos (VEMP) y del «video head impulse test» (vHIT), unas gafas mediante las cuales se registra y analiza el reflejo vestíbulo-ocular y que consiste en el análisis de los reflejos de los ojos que se producen ante determinados movimientos de la cabeza. Mediante esta prueba se determina el funcionamiento del sistema vestibular y su grado de afectación.

Guía práctica

El vértigo y los trastornos del equilibrio son un motivo de consulta muy frecuente, tanto en las urgencias como en las consultas de Atención Primaria y de Otorrinolaringología, según la Comisión de Otoneurología. Uno de los tipos de vértigo más comunes, el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), que se define por la aparición de crisis de vértigo de escasa duración desencadenadas por un cambio de posición. Con el objetivo de unificar criterios para el tratamiento y el diagnóstico del VPPB, la Seorl-CCC ha publicado la Guía de Práctica Clínica para el diagnóstico y tratamiento del VPPB, dirigida por la doctora Paz Pérez. «Su objetivo es que los profesionales dispongan de un documento de consenso que sirva de guía práctica para el manejo de este tipo de vértigo en la clínica diaria», afirma el doctor Lassaletta. En la misma se incluye una descripción de las pruebas diagnósticas y de las maniobras terapéuticas para cada una de las variantes establecidas y está basada en los criterios diagnósticos de la Barany Society, sociedad internacional que agrupa a profesionales dedicados a la investigación vestibular y otoneurológica.

El vértigo es un síntoma que se define por la sensación ilusoria de movimiento acompañado en ocasiones de náuseas y vómitos. El vértigo periférico se clasifica en:

ENFERMEDAD DE MÉNIÈRE. Considerada una enfermedad rara, se origina por la acumulación de líquido en una parte del oído interno provocando sordera, acúfenos y vértigo.

– VÉRTIGO PAROXÍSTICO BENIGNO (VPPB): Se produce por el desprendimiento de unas pequeñas partículas llamadas otoconias y se trata de manera habitual con las maniobras de rehabilitación que liberan al oído de las partículas que generan el vértigo.

– NEURONITIS VESTIBULAR: Crisis intensa y súbita de vértigo rotatorio, que puede durar días y que se produce por una infección del nervio vestibular.

Source: La Razon

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