Manhunt: Unabomber. Netflix sigue obsesionado con los psicópatas

Manhunt: Unabomber. Netflix sigue obsesionado con los psicópatas

Parece que 2017 fue el año en el que Netflix no pudo soltar su fijación por los criminales de la vida real con problemas mentales. Hace algunos meses la plataforma obsesionó a todos con Mindhunter, la última serie de David Fincher. Y ahora parece duplicar la apuesta con Manhunt: Unabomber.

Sin SPOILERS, más allá de los históricos. Se trata de una nueva miniseriecoproducida por Netflix y Discovery Channel, de ocho episodios, con duraciones variables, cercanas a los 40 minutos. Donde se relata el caso de Theodore “Ted” Kaczynski, mejor conocido como el Unabomber.

Siguiendo más o menos el mismo formato de American Crime Story, mezclado con la atmósfera del thriller de Fincher, Manhunt: Unabomber nos cuenta la historia de pánico colectivo y persecución para dar con la identidad de este terrorista, pero enfocado en la psique de los antagónicos.

Tal vez el mayor distintivo de Manhunt: Unabomber (para su género) es que busca emular la propuesta de True Detective, y todos los episodios de su primera temporada antológica han sido dirigidos por un sólo individuo: Greg Yaitanes.

El cineasta cuenta con una reputación firme por sus viejos días de gloria, como responsable de algunos de los episodios más icónicos de Lost, House M.D., Prison Break y Heroes. Pero aquí la serie tiene varios detalles.

Manhunt: Unabomber no es Mindhunter

En aquellos factores donde Mindhunter, la serie de Fincher, resplandece, Manhunt: Unabomber parece quedarse un tanto corta.

Se percibe un esfuerzo consciente y funcional por mantener una atmósfera relativamente oscura e intrigante. Apuesta incluso por una estructura inesperada, con dos líneas de tiempo narrando la historia, más centrada en la mentalidad del terrorista y su captor que en los hechos.

Sin embargo, algunas de las decisiones de producción, como los encuadres para el montaje de efectos digitales y el reparto en los papeles principales, sabotea un poco la experiencia.

Paul Bettany como el Unabomber resulta una decisión muy acertada, y se convierte en el elemento más fuerte frente a la cámara. Pero Sam Worthington (el mismo de Avatar y Terminator: Salvation) es tan plano y estático que casi fastidia todo.

Al final Manhunt: Unabomber se encuentra a años luz por lo logrado con Mindhunter. Pero tiene varios puntos rescatables que ameritan ver la serie:

  • La estructura general de su trama y las decisiones narrativas para algunos episodios, en especial el tercero
  • La construcción de tensión mediante el uso inteligente de la música y los cortes de edición
  • Los guiones, que al menos por escrito delinean dos personajes bastante complejos, con el terrorista causando simpatía en más de una ocasión.
  • Los actores de reparto que no destacan en particular, pero que son dirigidos con suficiente pericia para mostrar un conjunto casi sólido.
  • El cierre con los últimos 90 segundos de la serie, con un desenlace desconcertante y tenso, lleno de significados que sobrepasa un poco el recorrido previo.

En resumen, Manhunt: Unabomber merece una oportunidad. Aunque no sea extraordinaria.

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Source: fayerwayer

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