«La mayoría de los pacientes con trastornos funcionales del movimiento es joven»

«La mayoría de los pacientes con trastornos funcionales del movimiento es joven»

1- ¿Cómo surge la idea de una Unidad de Trastornos Funcionales?

La idea de crear esta unidad proviene de dos hechos: primero, la necesidad de proveer con servicios específicos a estos pacientes, que son una proporción considerable de los que acuden a las consultas de neurología. El objetivo es ofrecer una valoración y diagnóstico integral en consonancia con las recomendaciones clínicas disponibles en el momento actual y valorar las opciones terapéuticas según las características individuales de cada uno. Segundo, surge del interés de integrar los avances científicos para comprender estos trastornos en la última década y que se han traducido en un cambio a la hora de abordar a los pacientes desde el punto de vista clínico.

2- ¿Qué patologías abarca?

Se valoran los pacientes con sospecha o con diagnóstico de trastornos del movimiento funcionales; como temblor, distonía, parkinsonismo, mioclonias y/o trastornos de la marcha que por las características en la historia clínica y en examen físico sugieren una causa funcional. Estos trastornos han recibido a lo largo de la historia diversos nombres como son conversivos, psicógenos, médicamente no explicados, no orgánicos o psicosomáticos.

3- ¿Cuáles son los principales especialistas que concentra?

La unidad se compone por neurólogos especialistas en trastornos del movimiento y con experiencia en trastornos del movimiento funcionales, fisioterapeuta con formación en trastornos del movimiento funcionales, una psiquiatra, una psicóloga clínica, una logopeda y terapeuta ocupacional.

4- ¿Cómo son los pacientes que tratan?

La mayoría suelen ser relativamente jóvenes, aunque estos trastornos también pueden ocurrir en pacientes de edades más avanzadas. En muchas ocasiones, los síntomas pueden comenzar de forma brusca, a menudo tras eventos físicos diversos. Una proporción tiene antecedente de dificultades emocionales en el pasado o en el presente, pero esto no es una característica universal y vemos algunos que no presentan estas dificultades y también desarrollan los síntomas. En la exploración física los movimientos presentan características típicas, con signos positivos que sugieren un trastorno funcional. Típicamente en las pruebas realizadas no se suele encontrar alteraciones que expliquen los síntomas.

5- ¿Por qué hasta ahora no se abordaban así este tipo de trastornos?

Durante muchas décadas la teoría conversiva o freudiana para explicar estos trastornos se hizo dominante y el interés desde el punto de vista científico por estos pacientes decayó. Los neurólogos históricamente nos hemos centrado en tratar de descartar patologías que hemos considerado «orgánicas» y recomendábamos a los pacientes ser valorados por nuestros compañeros psiquiatras, reflejando en cierto modo una visión dualista mente-cerebro que conforme vamos avanzando en el conocimiento del funcionamiento cerebral se va superando. Algunos pacientes no consideraban las alteraciones emocionales relavantes en su caso por lo que no llegaban a consultar a los psiquiatras y a menudo se perdían en el sistema sanitario o buscaban segundas opiniones. En otras ocasiones, tras una valoración psiquiátrica no se identificaba ningún trastorno relevante y se remitían de nuevo a neurología.

6- ¿Cómo llegan los pacientes?

Los pacientes suelen ser derivados de otros especialistas del propio hospital o de otros centros que han considerado que la causa funcional de los síntomas es una posibilidad. En ocasiones los afectados solicitan opinión por cuenta propia.

7- ¿Qué pruebas diagnósticas realizan?

El diagnóstico de un trastorno del movimiento funcional se realiza básicamente a partir de la historia clínica y de las características que presentan los movimientos en la exploración física. Normalmente se realizan pruebas de neuroimagen y estudios neurofisiológicos si se consideran necesarios para descartar la presencia de alguna otra alteración asociada o si hay dudas en el diagnóstico.

8- ¿Cuáles son las líneas terapéuticas?

Como hemos mencionado, los pacientes son muy heterogéneos y se intenta individualizar las opciones. La comunicación y comprensión efectiva del diagnóstico es un paso esencial para iniciar el abordaje terapéutico. Hay un número de pacientes que tras la comunicación y comprensión del diagnóstico pueden no necesitar más intervenciones. Sin embargo, la mayoría, debido a la discapacidad que presentan necesitan más ayuda. En los últimos años el abordaje de los síntomas desde un punto de vista físico, con rehabilitación basada en las recomendaciones para fisioterapia específica para trastornos del movimiento funcionales se ha convertido en una de las opciones más recomendables, con estudios realizados a nivel internacional que ofrecen resultados prometedores. En nuestro centro se ofrece rehabilitación física basada en las recomendaciones internacionales que se disponen en estos momentos para fisioterapia de este tipo de trastornos, si el paciente es considerado tras la primera valoración como buen candidato.

9- ¿Cuál es el equilibrio entre farmacología, rehabilitación y otros recursos?

El equilibrio se encuentra en individualizar el tratamiento a las características de cada paciente. No todos los pacientes se benefician de los mismo. Si se identifica un trastorno como depresión o ansiedad concomitante, la valoración del mismo y el tratamiento farmacológico en los casos en que se considere necesario es importante y no es excluyente de que se pueda recomendar e iniciar otros tratamientos como son la rehabilitación o la terapia psicológica basada en el síntoma físico como puede ser un abordaje cognitivo-conductual.

10- ¿Cuál es el grado de mejora tras pasar por la unidad?

En nuestra experiencia personal, una proporción significativa refieren mejoría en cierto grado tras recibir el diagnóstico e iniciar las terapias, aunque es difícil predecir a nivel individual, como en otras enfermedades, en qué grado va a ayudar el tratamiento. Un objetivo importante dentro de las terapias es proveer al paciente con estrategias y herramientas físicas y/o psicológicas para intentar conseguir un mayor control sobre el movimiento anormal y que puedan integrarlas en su día a día para continuar el trabajo en domicilio, promoviendo el autocuidado. En este sentido es importante el seguimiento de los pacientes para monitorizar los logros conseguidos, mantener la mejoría experimentada e identificar dificultades o recaídas.

Source: La Razon

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