Coleman aspira a la medalla de oro en el Mundial de Atletismo

Coleman aspira a la medalla de oro en el Mundial de Atletismo

EFE

Siete meses después de la retirada del mejor velocista de todos los tiempos, Usain Bolt, el estadounidense Christian Coleman acude a los Mundiales en pista cubierta de Birmingham (Reino Unido) con el propósito de ser investido, con 21 años, nuevo rey del esprint.

El «guepardo» de Atlanta forma parte de la nómina de 632 atletas de 144 países inscritos en la 17ª edición de los Mundiales bajo techo, que se disputan de jueves a domingo en el Birmingham Arena.

Por primera vez el programa de los Mundiales de bolsillo incluyen un cuarto día, el jueves, que ofrece las dos finales de salto de altura y la femenina de 3.000 metros.

Con su récord mundial de 60 metros (6.34) todavía caliente, cuando conquistó su primer título nacional la semana pasada en la altitud de Alburquerque, Coleman llega a Gran Bretaña en busca de la coronación definitiva.

 

 

El año pasado regresó de los Mundiales al aire libre de Londres con un sabor agridulce. Batió por una centésima al más grande de todos los tiempos en la final de 100 metros -Bolt tuvo que despedirse con un modesto bronce-, pero a su vez fue derrotado por un atleta quince años mayor que él, su compatriota Justin Gatlin.

Si la consigue en Birmingham, será, por tanto su primera medalla de oro en un gran campeonato. Pero tendrá que vencer, entre otros, a su compatriota Ronnie Baker, segundo del ránking mundial con 6.40, y al impetuoso chino Bingtian Su, tercero con 6.43, que está deslumbrando en la campaña bajo techo.

La competición arranca con la disciplina de resolución más previsible de los campeonatos: el salto de altura femenino, donde Maria Lasitskene -rusa autorizada a competir como neutral por la IAAF- disfruta de un plácido reinado desde que la española Ruth Beitia se proclamó campeona olímpica en Río 2016.

Lasitskene, que ya fue campeona bajo techo en 2014, llega a Birmingham con 37 triunfos consecutivos (no pierde desde el 1 de julio del 2016), los siete mejores saltos del año, incluido el de 2,04 metros, y un margen de siete centímetros sobre la segunda en el ránking, precisamente la defensora del título, la campeona estadounidense Vashti Cunningham, de 20 años.

La altura masculina presenta como gran favorito al catarí Mutaz Essa Barshim, atleta mundial del año 2017 y líder de la actual temporada bajo techo con un salto de 2,38. Aspira a recuperar el título que ganó en 2014, con permiso de Danil Lysenko, subcampeón mundial de 20 años, que no ha perdido una sola de sus siete competiciones este invierno y ha elevado su récord personal a los 2,37 metros.

La pértiga masculina presenta el mayor nivel de su historia. Con ocho atletas por encima de los 5,88 metros este año, la tarea del francés Renaud Lavillenie, plusmarquista mundial y defensor del título, no parece fácil.

Su adversario más duro, sobre el papel, será el estadounidense Sam Kendricks, actual campeón del mundo al aire libre, que le batió recientemente -aunque con igual registro de 5,93– en Clermont Ferrand (Francia).

Otro que llega invicto este año a Birmingham es el ochocentista polaco Adam Kszczot, subcampeón en las dos últimas ediciones de los Mundiales al aire libre y que, después de ganar dos oros europeos al aire libre y tres en sala, aspira a conseguir su primer título global. Este año ha ganado las seis carreras que ha disputado.

Los 3.000 metros masculinos ofrecen un cerrado duelo entre los tres etíopes que encabezan el ránking mundial: Selemon Barega, de 18 años (7:36.64), Hagos Gebrhiwet (7:37.91) y Yomif Kejelcha (7:38.67), con el español Adel Mechaal, actual campeón de Europa, dispuesto a aprovechar cualquier fallo de los africanos para subir a su primer podio mundial.

En busca de su cuarto título de 1.500 bajo techo, Genzebe Dibaba aspira a convertirse en la reina del anillo. La etíope, plusmarquista mundial, se presenta en Birmingham con una marca de 3:57.45, siete segundos más rápida que la siguiente en el ránking, la alemana Konstanze Klosterhalfen, en lo que promete ser un duelo de razas desigual.

La IAAF ha dispuesto una bolsa de 2,4 millones de dólares en metálico para los atletas (40.000 para los ganadores, 20.000 para los segundos, 10.000 para los terceros) y un bono adicional de 50.000 para retribuir cualquier récord mundial.

Source: Meridiano

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